miércoles, 14 de septiembre de 2011

Nocturno

A determinada hora de la noche mi cabeza se llena de fantasmas y no puedo dormir.

Creo que me estoy volviendo loca, cada vez más loca. Es insoportable. Todos los pequeños demonios de mis decisiones erradas, los fantasmas de lo que pudo haber sido, las monstruosas preguntas se reunen a esa hora y golpean las paredes de mi cráneo. Y parecen crecer con solo verse unos a otros, se hacen enormes, se gustan y se reproducen. Engendran millones de otros demonios chicos que también crecen y se multiplican.

Temo que alguna de estas noches encuentren el camino y presionen hasta sacarme los ojos de las órbitas. Quizás mi cráneo se aburra de ofrecer resistencia y entonces, me terminen volando las sienes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario