lunes, 11 de abril de 2011

Sobre convicciones...

"Se me hace sospechoso tener conceptos demasiado claros por períodos de tiempo muy prolongados. No dudar me huele a estancamiento intelectual."

Esto lo escribí yo hace más de un año. Desde ese entonces conocí gente nueva; participé de diversas discusiones con chicos, grandes, profesionales, estudiantes, hombres, mujeres, militares y militantes; observé charlas acaloradas entre gente distinta y aburridas charlas entre gente igual; escuché a la gente de siempre diciendo las cosas de siempre... en fin viví como el resto de los seres. La cosa es que en este año de vida no pude falsar mi teoría y hoy, mientras ojeaba un libro en el ómnibus, me topé con un texto que Friedrich Nietzsche escribió en 1888 (bastantes años antes de mi nacimiento :P) y que ahora les transcribo puesto que tiene mucho que ver con esa frase mía y con cosas que vengo pensando hace un tiempecito.

"No nos dejemos inducir al error: los grandes espíritus son escépticos. Zaratustra es un escéptico. La fortaleza, la libertad nacida de la fuerza y el exceso de fuerza del espíritu se prueba mediante el escepticismo. A los hombres de convicción no se los ha de tener en cuenta en nada de lo fundamental referente al valor y al no valor. Las convicciones son prisiones.

Esos hombres no ven bastante lejos, no ven debajo de sí: mas para tener derecho a hablar del valor hay que ver quinientas convicciones por debajo de sí, por detrás de sí... Un espíritu que quiere cosas grandes, que quiere también los medios para conseguirlas, es necesariamente escéptico. El estar libre de toda especie de convicciones, el poder mirar libremente, forma parte de la fortaleza... La gran pasión que es el fundamente y el poder del propio ser, más ilustrada, más despótica aún que el intelecto humano, toma a éste todo entero a su servicio; le quita todo escrúpulo; le da incluso valor para usar medios no santos; en determinadas circunstancias le permite convicciones. La convicción como medio: muchas cosas no se las consigue más que por medio de una convicción. La gran pasión usa, consume convicciones, no se somete a ellas, -se sabe soberana. A la inversa la necesidad de fe, la necesidad de alguna incondicional en el 'sí' y en el 'no' es una necesidad propia de la debilidad..."

Yo subrayé algunas frases del texto. Esto implica que estoy condicionando un poco su lectura, pero son estas las opiniones que quiero resaltar. Son las que me surgen cuando escucho a alguno que, "muy seguro", demuestra su convicción absoluta en alguna ideología, religión u opinión y que increpa a quien no se casa con pensamiento alguno, alegando su falta de compromiso... "tan típico de la posmodernidad", dicen y sonríen para sí, felices de tener un suelo firme que pisar.